viernes, 29 de mayo de 2015

ANALISIS DEL GOBIERNO DE FOCAS



ANALISIS DEL GOBIERNO DE FOCAS
La política de ahorro y austeridad de Mauricio  le creó antipatía entre quienes no podían beneficiarse de un gobierno corrupto. Los descontentos eran cada vez mayores en el centro urbano y en el ejército.
Respecto a Mauricio, Manuel Ortiz de la Vega (1855, p. 46) indica:
“Mauricio, nacido en el año 539, en Arabisa, en Capadocia, fue declarado césar en 5 de agosto de 582 por Tiberio, que le hizo coronar emperador en 13 del mismo mes. Su elevación fue el premio de los  servicios que había hecho al imperio, sobre todo en la guerra contra los persas. Mezclado con grandes virtudes tuvo Mauricio un defecto. Fue este una falsa economía que rayaba en avaricia.”
El ejército fácilmente prestó oídos al populista Focas y con su apoyo llegó al poder en un golpe de estado relativamente fácil. Focas no tenía una preparación adecuada para asumir el liderazgo del estado o de generar una política de cambio. Pronto vio lo limitado de su capacidad a través de sus desacertadas decisiones.
Focas hizo la paz con los avaros, sus principales enemigos al momento, pagando un tributo exorbitante, lo cual generó un descontento bastante fuerte entre quienes fueron el pilar de su ascenso al poder: el ejército.
Focas intentó ganarse a Occidente aplicando severas medidas contra los monofisitas y reconociendo al papa sobre el patriarca de Constantinopla. La tonta persecución a lo monofisitas solo provocó a que los sirios rechazaran al gobierno y brinden las facilidades para la conquista de los persas, esto en las provincias del Oriente y Sur, mientras tanto dentro de las murallas de Constantinopla el clero se rebeló unánimemente ante la rendición de Focas a la Iglesia occidental; a pesar del no reconocimiento formal del Papa, este en teoría estaba supeditado al Patriarca de la capital. La renuncia de Focas a este hecho era algo inaceptable y el clero pasó a la oposición abierta, y consecuentemente esto se reflejaba en los sermones que llegaban al pueblo.
Con un ejército debilitado y una población indignada por las acciones arbitrarias de un improvisado, Cosroes II, monarca persa, emprendió una exitosa campaña de conquista en el Asia Menor.
Al año 608 Cosroes II había cercado Antioquía, y el incompetente Focas entonces arremetió contra la indignada ciudad en una ola de terror y violencia ya que la población hacía pública su deposición como monarca.
La fuerza suficiente para romper el cerco de Focas se hallaba en las fuerzas imperiales radicadas en Cártago, por lo cual el general Heraclio emprendió la campaña para tomar la capital. Al final sería su hijo llamado como él, quien pasaría a ser el Emperador.
Heraclio (el Emperador) tuvo que afrontar un Imperio sumido en el caos y en constante decadencia, sin embargo sostuvo al Estado y sentó las bases para la posterior recuperación del Imperio Romano de Oriente. Heraclio fue un gran general y un hábil político, cuyo análisis merece ser tratado propiamente.
Focas no fue más que un soldado que no estaba preparado para el cargo que ocupó, lo cual generó que el Imperio sucumba al caos. Desde el primer momento buscó el apoyo en un sector decadente ante los ojos de la capital (Occidente) y descuidó la generación de buenas relaciones en su entorno.
Si lo sabremos los ecuatorianos; hemos derrocado a gobiernos incompetentes y corruptos para poner en el poder a otro incompetente y corrupto. La democracia implica la necesidad de que como electores sepamos a quien elegir, analizar las propuestas de gobierno y comparar entre todos los candidatos, exigir debates abiertos e interponer dudas a los planteamientos de campaña.
La madurez de la democracia es en sí un proceso tortuoso.

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